Las estrellas hicieron populares a los sastres personales, y ahora los compradores de las tiendas minoristas siguen su ejemplo
Se dice que Beyoncé llevó 12 sastres en su gira. Foto: Kevin Mazur/WireImage para Parkwood

Los famosos son conocidos por sus complejos séquitos, que incluyen peluqueros, maquilladores, manicuristas, además de chefs y entrenadores personales. Ahora se suma un nuevo miembro a la lista: el sastre personal.

Se dice que Beyoncé contrató a 12 para que trabajaran entre bastidores en la confección de sus trajes durante sus conciertos londinenses de Renaissance, mientras que la estilista de Stormzy, Melissa Holdbrook-Akposoe, contó a la revista GQ que el rapero no se pondrá nada que no esté hecho a la medida de su 1.96 m de estatura, y lo describió como algo “innegociable”. Mientras tanto, los editores de las revistas se dan cuenta de que cada vez son más las estrellas destacadas que llegan a las sesiones fotográficas con su propio sastre para asegurarse de que sus looks listos para usar estén perfeccionados.

Últimamente ha empezado a extenderse de Hollywood a las tiendas minoristas. Los influencers ahora advierten sobre los montones de prendas que se prueban diciendo que no las han llevado a su sastre, mientras que la aplicación de arreglos Sojo tuvo que contratar a más sastres para que trabajaran en su tienda emergente de Selfridges, en la foto de abajo (solo en la primera semana, los pedidos aumentaron un 147%).

“Estamos muy ocupados en estos momentos. Recibimos muchas llamadas y la gente nos visita”, comenta Romeo Nzuzi, que trabaja en su empresa familiar, No One Famous Tailoring, en Londres. Además de las habituales peticiones de trajes para invitados de boda, existe una gran demanda de blazers, pantalones de mezclilla y shorts.

Está bien documentado que las tallas en las tiendas minoristas son una especie de juego de adivinanzas, con diferencias de una prenda a otra y de un minorista a otro. En Arket, puedes ponerte un pantalón de talla 12, pero en Zara te costará conseguir un par de la misma talla que suba más allá de tus muslos. Como consecuencia, los sastres informan que los clientes compran la talla siguiente y después modifican las prendas para que se ajusten a su talla real.

Las tendencias de la moda también influyen en la demanda. A medida que las marcas de moda rápida producen blazers con hombros exagerados y pantalones anchos de tiro bajo, los consumidores se ven inundados de telas. Existe una delgada línea que separa un ajuste exagerado de una apariencia de niño que juega a disfrazarse con la ropa de sus padres.

Un traje a la medida sigue siendo una aspiración para muchas personas. Sin embargo, como alternativa, algunos clientes se conforman con comprar un traje económico y de baja calidad (dos piezas a juego por un precio a partir de 20 libras en Boohoo y 70 libras en Zara) y después gastar desde 10 libras (unos 200 pesos) para ajustar las mangas hasta 45 libras (unos 900 pesos) para ajustar la chaqueta a la forma de su cuerpo.

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Tienda emergente de Sojo en Selfridges. Foto: Marc Sethi

Lo que suele fallar es el corte“, comenta Nzuzi. “Esas prendas están diseñadas con un enfoque de talla única, pero cada persona tiene una complexión diferente. Las personas quieren sentirse bien con su ropa, así que le damos un toque extra para perfeccionarla”.

“Las tallas que van de la XS a la XL son limitantes”, comenta Carol Ai, una sastre de Nueva York que trabaja con celebridades como Cardi B y Olivia Rodrigo. “Alguien puede tener el pecho más grande o la cadera más pequeña. A alguien le puede gustar algo ceñido a la cintura, otros prefieren que quede más holgado. Todo se reduce a las preferencias personales”.

Mientras que muchas personas limitan la sastrería a ajustar dobladillos y entallar cinturas, Nzuzi ha utilizado TikTok para mostrar cuán amplias son las habilidades de un sastre. Sus videos ajustando prendas de ropa urbana como chaquetas acolchadas de North Face y modificando pants de Nike se han vuelto virales, atrayendo a toda una nueva generación a la tienda ubicada en Leyton, donde trabaja junto a su madre.

Sin embargo, no se trata únicamente de reducir el tamaño de las prendas. Un sastre también puede aumentar la talla de una prenda que quizás es demasiado pequeña. Nzuzi ha transformado pantalones skinny en pantalones rectos, mientras que Ai suele ajustar a la medida de sus clientes prendas que suelen ser pequeñas. “Quizás tenga que añadir una pieza, o si algo es demasiado largo y pequeño, subiré el dobladillo y utilizaré esa tela para aumentar el espacio alrededor de la cadera”, explica.

Aunque es habitual que los estilistas utilicen pinzas para fijar temporalmente las prendas en el set, cada vez es más frecuente que trabajen estrechamente con un sastre durante las sesiones.

Ai suele volar con poca antelación desde Nueva York a Los Ángeles para ajustar las prendas de Cardi B y su esposo, el rapero Offset. Incluso ajusta la ropa de sus hijos. “Un estilista busca la ropa y después yo trabajo toda la noche para hacer los ajustes”, explica.

En cuanto a la tendencia de los vestidos casi inexistentes que se ha convertido en la norma de la alfombra roja, Ai todavía tiene una gran demanda, a pesar de que hay menos tela con la cual trabajar. Hace poco ajustó unos pantalones para la cantante Doja Cat, a los que añadió ojales entrecruzados “para mostrar aún más piel” y ajustó un sostén de cuero. Y ahora que Love Island está en pleno apogeo –donde este tipo de prendas son casi obligatorias–, los sastres locales podrían encontrarse haciendo mucho más que dobladillos estándar esta temporada.

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