10 de mayo: Los poemas más conmovedores en el Día de las Madres
A propósito del 10 de mayo, te compartimos los poemas más conmovedores en el Día de las Madres. En la imagen: "Young Mother Gazing at Her Child", de William Bouguereau.

Hay personas a las que les cuesta expresar lo que sienten, pero para ello es que los poemas son medios especiales para este Día de las Madres hablar desde el corazón. Por ello, en el marco del 10 de mayo, te compartimos algunos versos ideales para dedicar.

La literatura y la poesía son medios que acompañan a la humanidad desde hace siglos, permitiendo explorar sus inquietudes y contextos, pero sobre todo hablan de la complejidad que hay en el interior de las personas.

Para hacer llorar de emoción a las mujeres que nos dieron la vida, a continuación te compartimos algunos de los versos que escribieron los grandes poetas de la lengua.

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Flores, poesía y sentimientos puros, regalos inolvidables para mamá. Foto: Twitter

10 de mayo: Los poemas que debes dedicar este Día de las madres

Las manos de mi madre – Mario Benedetti

Manos las de mi madre, tan acariciadoras,
tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras.
¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman,
las que todo prodigan y nada me reclaman!
¡Las que por aliviarme de dudas y querellas,
me sacan las espinas y se las clavan en ellas!

Para el ardor ingrato de recónditas penas,
no hay como la frescura de esas dos azucenas.
¡Ellas cuando la vida deja mis flores mustias
son dos milagros blancos apaciguando angustias!
Y cuando del destino me acosan las maldades,
son dos alas de paz sobre mis tempestades.

Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas,
porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas.
Para el dolor, caricias; para el pesar, unción;
¡Son las únicas manos que tienen corazón!
(Rosal de rosas blancas de tersuras eternas:
aprended de blancuras en las manos maternas).

Yo que llevo en el alma las dudas escondidas,
cuando tengo las alas de la ilusión caídas,
¡Las manos maternales aquí en mi pecho son
como dos alas quietas sobre mi corazón!
¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas!
¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!

Caricia – Gabriela Mistral

Madre, madre, tú me besas
pero yo te beso más
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar…

Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijito
ni se le oye respirar…

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué lindo niño veo
a tus ojos asomar…

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niñas tienes
a tu hijo y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo de gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar…

Madre, llévame a la cama – Miguel de Unamuno

Madre, llévame a la cama.

Madre, llévame a la cama,
que no me tengo de pie.

Ven, hijo, Dios te bendiga
y no te dejes caer.
No te vayas de mi lado,
cántame el cantar aquél.

Me lo cantaba mi madre;
de mocita lo olvidé,
cuando te apreté a mis pechos
contigo lo recordé.
¿Qué dice el cantar, mi madre,
qué dice el cantar aquél?

No dice, hijo mío, reza,
reza palabras de miel;
reza palabras de ensueño
que nada dicen sin él.

¿Estás aquí, madre mía?
porque no te logro ver…
Estoy aquí, con tu sueño;
duerme, hijo mío, con fe.

Amor filial – Amado Nervo

Yo adoro a mi madre querida,
yo adoro a mi padre también;
ninguno me quiere en la vida
como ellos me saben querer.

Si duermo, ellos velan mi sueño;
si lloro, están tristes los dos;
si río, su rostro es risueño;
mi risa es para ellos el sol.

Me enseñan los dos con inmensa
ternura a ser bueno y feliz.
Mi padre por mí lucha y piensa,
mi madre ora siempre por mí.

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