Es una trampa
Caleidoscopio

Es licenciada en Ciencias de la Educación, cuenta con la maestría en Terapia Integral Familiar, colabora en varios programas de radio en México y Estados Unidos, así como en el periódico El Imparcial. Da conferencias y cursos, es autora de los libros Atrévete a brillar y Levántate, sacúdete y vuela. Twitter: @deniseramosm

Es una trampa
Foto: Sáshenka Gutiérrez/EFE

La semana pasada conocí a un taxista que me llevó del aeropuerto al hotel y me dijo que él había votado por Andrés Manuel López Obrador porque pensó que todo iba a mejorar. Dijo que de verdad le había creído que iba a cambiar todo. Que ya no iba a haber corrupción y que iba a haber mejor atención médica y más seguridad. Yo le pregunté que porqué le había creído. Él dijo que lo había escuchado tantas veces condenar la corrupción, el nepotismo, los contratos sin licitación y la inseguridad que creyó que él iba a ser diferente.

“¿Y ahora qué piensas de Andrés Manuel?”, le pregunté. Me respondió que es igual o peor que los de antes, que vio lo de la mansión de su hijo en Houston y le dio mucho coraje, que subió la gasolina y que lo que antes le alcanzaba para hacer varios viajes, ahora le alcanza para menos viajes. Me dijo que a su papá nunca le había faltado el medicamento para la diabetes y que ahora ya llevaba varios meses teniendo que comprarle él la medicina. 

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Estaba muy desilusionado porque él había sido de los que festejó el triunfo de López Obrador y se sentía traicionado. “Puras mentiras nos vendió”, dijo. 

Al escucharlo sentí compasión por él y por todos los que querían un cambio verdadero y solo les dieron más de lo mismo. 

Antes yo era de las que juzgaban a los que le habían creído a López Obrador, porque veía claramente rasgos de un hombre narcisista hambriento de poder. Yo era de las que decían: “Se les dijo” y culpaba a los 30 millones que votaron por él. 

Ahora los entiendo, ahora entiendo que para ellos López Obrador era la esperanza de una vida mejor porque eso les vendió. 

Ahora en lugar de juzgarlos por no haberse dado cuenta de que este señor era igual o peor que los de antes, prefiero unirme a su desilusión porque fueron engañados y quiero invitarlos a que se sumen a defender al Instituto Nacional Electoral (INE) que es el único organismo que nos garantiza la democracia en México. 

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Hoy quiero invitar a todos los desilusionados a no votar en esta farsa de “revocación” de mandato. Quiero hacerles saber que si votan que ‘sí’ o que ‘no’ suman todos los votos y la encuesta se puede hacer vinculante, es decir obligatoria y si esto sucede, después el Ejecutivo podría cambiar la consulta y decir que “el pueblo quiere que se quede” y así nos dirigimos peligrosamente a una dictadura. 

Este 10 de abril no caigas en la trampa, no salgas a votar.

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