Los datos sobre vulneración infantil tienen nombre y rostro

Licenciada en Educación con especialidad en Habilidades del Pensamiento Crítico y Creativo por la Universidad Veracruzana. Diplomado en Derechos Humanos con perspectiva de Género, Políticas Públicas, Proceso Legislativo, Parlamento Abierto y Sociedad Civil. Fue asesora parlamentaria en el Congreso de Veracruz y coordinadora nacional de Vinculación en Kybernus A.C., iniciativa de Grupo Salina. Actualmente es coordinadora nacional de Movilización del Pacto por la Primera infancia.

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Los datos sobre vulneración infantil tienen nombre y rostro
Así, en el marco de las elecciones democráticas de este año, hacemos un llamado a quienes tendrán el poder de convertir esas historias de vulneración de derechos en historias de familias felices. Foto: Envato Elements

En cada dato estadístico sobre la situación que vive la primera infancia, habitan millones de historias trágicas de niñas y niños a quienes se les niega el acceso al disfrute efectivo de todos sus derechos; y en este abandono están al lado las mamás y papás enfrentando en solitario todas las barreras que el Estado les impone para lograr una crianza exitosa y el bienestar de sus hijas e hijos.

En México viven 12.4 millones de niñas y niños menores de 6 años (INEGI, 2020), cada historia con una realidad distinta, como la de Romina, una bebé originaria de la Ciudad de México, que nació con hipoacusia bilateral profunda. Aunque es derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la institución no le realizó un tamiz auditivo. A los ocho meses de nacida, sus padres sospecharon que no oía, volvieron a la institución pública de salud y nuevamente les fue negada la posibilidad de un implante coclear. Alondra, su mamá, buscó otras alternativas y Romina logró un implante coclear mediante un juicio de amparo.

Una historia similar se repite en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, con Sebastián, a quien le detectaron paladar hendido hasta el octavo mes de gestación e hipoacusia. Martina, su mamá, también cuenta que en ninguno de los hospitales públicos a los que acudieron recibieron asesoría para la alimentación del bebé ni las intervenciones quirúrgicas necesarias para la reparación del paladar.

Las historias de Romina y Sebastián son ejemplos de una situación de mayores dimensiones. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 (ENSANUT) en el país, solo 3 de cada 10 niñas y niños menores de 5 años cuentan con al menos una evaluación del Desarrollo Infantil Temprano, la cual permite hacer un diagnóstico oportuno sobre su salud metabólica, cardiaca, auditiva, visual y neuromotora.

Estas son realidades únicas, pero con patrones de vulneración similares. Además de ser una prueba de la omisión de las instituciones para hacer valer el derecho de la niñez a la salud en la detección, prevención y atención de padecimientos que pueden causar discapacidad. Esto se suma a que, en México, hay 632 mil 331 niñas y niños menores de 6 años con limitaciones o discapacidad, según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI.

En Mérida, Yucatán, encontramos otra historia de primera infancia en donde también se vulneraron los derechos. Hablamos de Fernanda, quien padeció con sus hijos la interrupción de la lactancia materna por parte del personal médico, en su testimonio comparte que en el primer embarazo le quitaron a su bebé por casi 3 horas y no pudo asegurar una lactancia en la primera hora de vida. Aunque Fernanda se sintió desesperada, nadie respetó la petición que realizó de querer alimentar a su bebé y, en cambio, le dieron fórmula sin su consentimiento y se la prescribieron como alimentación continua. La consecuencia de esta acción provocó que se interrumpiera la lactancia a los tres meses del nacimiento, provocando dificultades en la salud intestinal de su hijo. Como evidencia, en la ENSANUT 2022 se refleja que sólo 3 de cada 10 bebés menores de 6 meses reciben leche materna.

En el Pacto por la Primera Infancia, colectivo integrado por más de 500 miembros entre organizaciones e instituciones expertas en la atención para mejorar el bienestar de la población infantil, hemos luchado por visibilizar estas realidades y la responsabilidad que tiene el Estado para garantizar el interés superior de la niñez en la primera infancia, a través de bienes y servicios que logren su desarrollo integral y una vida digna.

Así, en el marco de las elecciones democráticas de este año, hacemos un llamado a quienes tendrán el poder de convertir esas historias de vulneración de derechos en historias de familias felices, donde Romina, Sebastián y millones de niñas y niños que viven desde Baja California hasta Quintana Roo sientan que su familia, comunidad y país es un espacio seguro para desarrollarse, jugar y cumplir sus sueños.

Candidatas y candidatos a cargos de elección popular: comprométanse con la primera infancia firmando el Pacto, pueden descargarlo aquí.

Ustedes tienen el poder para que juntas y juntos logremos hacer de México el mejor país para nacer y crecer.

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