Los riesgos de la reforma judicial que quiere AMLO
#LaCasadelosEspejos

Periodista. Editor de Política en La-Lista.

Los riesgos de la reforma judicial que quiere AMLO
Piñata con el rostro de la ministra presidenta de ls SCJN, Norma Piña Hernández, que quemaron los asistentes a la concentración en el Zócalo capitalino. Fotografía: La-Lista/ Michael González.

Hay temores fundados por la reforma judicial que quiere el presidente Andrés Manuel López Obrador. Y estos se intentan apagar con el resultado de la elección presidencial. Algo así como “tenemos 35 millones de votos y podemos hacer lo que queramos”.

Y la verdad es que sí. La mayoría del pueblo de México le dio a Morena, al presidente AMLO y a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, un cheque en blanco para desbaratar, deshacer o derrumbar todo el sistema judicial y comenzar uno nuevo de cero, con todos los riesgos que esto conlleva.

Habrá quien, con entusiasmo, piense que sin duda estamos ante la oportunidad de crear un verdadero sistema judicial que proteja a las víctimas.

Sin embargo, detrás de la reforma judicial se puede ver la sed de venganza del presidente López Obrador contra la ministra Norma Piña y un sistema que le rechazó múltiples leyes al obradorismo.

Lo peor es que las consecuencias de esta reforma no las va a padecer el presidente, sino su sucesora, Claudia Sheinbaum. Ambos se asumen como corresponsables y ya están inamovibles en cuanto a la elección de ministros, magistrados y jueces por voto popular, además de que sea en septiembre cuando se vote. ¿Cuál es la prisa?

Sheinbaum dice que esta reforma ya se “votó” en las plazas públicas, donde realizó sus mítines. Me parece que muchos de quienes “votaron” no adviertan todo lo que esta reforma implica.

Nadie puede estar en contra de reformar el Poder Judicial, pues ciertamente está podrido. Pero lo primero que se debe reformar es el autobús descompuesto y pavimentar la carretera de la justicia, no empezar con una corredera de jueces, magistrados y ministros, como si personas que tuvieran cierto respaldo popular estuvieran mejores preparadas.

Un claro ejemplo de que lo que se busca no es justicia es la ministra Lenia Batres, designada por el presidente López Obrador.

En una de sus últimas intervenciones, se hace un silencio en la sala porque no tiene claridad de qué está votando.

¿Es ese el nuevo sistema de justicia que nos espera? Todo parece indicar que sí.

Las consecuencias de esta reforma las vivirá el ciudadano, o sea usted y yo. Pero muchos no podrán quejarse, porque fue por lo que votaron en las urnas o en la plaza, aunque podrían argumentar que desconocían todo lo que se venía.

“Cuando el PJF deje de ser independiente, la ciudadanía quedará desprotegida, porque la independencia judicial, más allá de concebirse como una garantía institucional o una prerrogativa personal de sus integrantes, constituye un derecho esencial de las personas a contar con jueces que, sin injerencias ni condicionamientos externos o internos, y bajo una posición de estricta neutralidad, impartan justicia“, concluye un estudio reciente de la UNAM.

Sí, usted podría decir que desprotegidos ya estamos, ¿entonces cuál sería la diferencia? Que tendremos otro sexenio perdido en materia de justicia. Así de mal.

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