Un traje a la medida para Harfuch
Zona de silencio

Periodista especializado en crimen organizado y seguridad pública. Ganador del Premio Periodismo Judicial y el Premio Género y Justicia. Guionista del documental "Una Jauría Llamada Ernesto" y convencido de que la paz de las calles se consigue pacificando las prisiones.

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Un traje a la medida para Harfuch
La encomienda para Omar García Harfuch no es sencilla: en el actual gabinete de seguridad se cuenta en voz baja que Claudia Sheinbaum le ha pedido una estrategia que resulte al final del sexenio en una disminución, al menos, del 50% los homicidios dolosos. Foto: Omar García Harfuch/Facebook

A una semana de que la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum muestre públicamente a sus elegidos para el próximo gabinete legal, tres nombres ya están seguros en esa lista: el actual secretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O, el exrector Juan Ramón de la Fuente y el exjefe de la policía capitalina Omar García Harfuch.

La triada de ungidos manda mensajes a tres áreas clave la primera presidenta de México: calma para los mercados financieros, disponibilidad de diálogo con la oposición y el fin de “abrazos, no balazos” para el crimen organizado.

La encomienda para Omar García Harfuch no es sencilla: en el actual gabinete de seguridad se cuenta en voz baja que Claudia Sheinbaum le ha pedido una estrategia que resulte al final del sexenio en una disminución, al menos, del 50% los homicidios dolosos, es decir, pasar de unos 32 mil asesinatos anuales a cerca de 15 mil, lo que significaría regresar a los niveles de paz cercanos al inicio de la mal llamada “guerra contra el narco”.

El objetivo es replicar el modelo de seguridad que la virtual presidenta electa implementó en la Ciudad de México: usar tanta tecnología e inteligencia como sea posible para diseñar redadas quirúrgicas que golpeen sorpresivamente a los grupos criminales, incluso apoyándose de las Fuerzas Armadas.

En el gabinete de seguridad ya se habla del regreso de los operativos militares que las organizaciones criminales pensaban que se habían extinguido. Para unos, se trata de un despliegue necesario de fuerza del Estado ante la arrogancia de grupos criminales que se creen superiores a las autoridades; para otros, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, son recursos teatrales y una herencia maldita del calderonato. Para Omar García Harfuch será la marca de la casa, aseguran en Palacio Nacional.

Además, tres temas se volverán prioridad en la agenda del siguiente “zar de la seguridad” en México: el desarme de los más de 200 brazos armados que actualmente tienen presencia en dos tercios del territorio nacional; el combate al tráfico, elaboración y comercialización de drogas sintéticas; y una cruzada nacional que nunca se ha visto contra el reclutamiento forzado de adolescentes.

Pero para que Omar García Harfuch tenga todas las herramientas para hacer realidad los anhelos de la próxima presidenta, hay que hacerle un traje a la medida, pues la actual Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana no tiene control de la Guardia Nacional. Sin esos 130 mil uniformados, cualquier estrategia quedaría corta y el “zar de la seguridad” fallaría en su promesa.

En Palacio Nacional se apresuran a confeccionar ese traje. Sacan tijeras, hilo y agujas. Abogados y expertos en seguridad nacional tienen poco menos de dos meses para crear un espacio donde Omar García Harfuch pueda lucir sus habilidades, al mismo tiempo que no rivalice con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina.

De lo que se haga en las próximas semanas dependerá si el futuro senador de Morena estará en un lugar para triunfar en su difícil encomienda de pacificar el país. O si su punto de partida está condenado, desde el origen, al fracaso.

GRITO. Tensión en el Ejército: los generales se mueven rápido para ocupar un espacio en el siguiente gabinete. Sólo una cosa es segura: el equipo del almirante José Rafael Ojeda Durán está fuera de la jugada.

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